LABIRINTO

Em mim te perco, aparição nocturna, 
Neste bosque de enganos, nesta ausência, 
Na cinza nevoenta da distância, 
No longo corredor de portas falsas.

De tudo se faz nada, e esse nada 
De um corpo vivo logo se povoa, 
Como as ilhas do sonho que flutuam, 
Brumosas, na memória regressada.

Em mim te perco, digo, quando a noite 
Vem sobre a boca colocar o selo 
Do enigma que, dito, ressuscita 
E se envolve nos fumos do segredo.

Nas voltas e revoltas que me ensombram, 
No cego tactear de olhos abertos, 
Qual é do labirinto a porta máxima, 
Onde a réstia de sol, os passos certos?

Em mim te perco, insisto, em mim te fujo, 
Em mim cristais se fundem, se estilhaçam, 
Mas quando o corpo quebra de cansado 
Em ti me venço e salvo, me encontro em ti.


Laberinto

En mí te pierdo, aparición nocturna, 
En este bosque de engaños, en esta ausencia, 
En la neblina gris de la distancia, 
En el largo pasillo de puertas falsas. 

De todo se hace nada, y esa nada 
De un cuerpo vivo enseguida se puebla, 
Como islas del sueño que entre la bruma 
Flotan, en la memoria que regresa. 

En mí te pierdo, digo, cuando la noche 
Sobre la boca viene a colocar el sello 
Del enigma que, dicho, resucita 
Y se envuelve en los humos del secreto. 

En vueltas y revueltas que me ensombrecen, 
En el ciego palpar con los ojos abiertos, 
¿Cuál es del laberinto la gran puerta, 
Dónde el haz de sol, los pasos justos? 

En mí te pierdo, insisto, en mí te huyo, 
En mí el cristal se funde, se hace pedazos, 
Mas cuando el cuerpo cansado se quiebra 
En ti me venzo y salvo, en ti me encuentro.

De "Poesía completa" Alfaguara Editores, 2005
Versión de Ángel Campos Pámpano