Y si entonces 

estoy donde no pueda ya escuchar

tu voz ni ver tus ojos refulgentes 

con la vida pasada, tú podrás 

recordar que en la orilla de este río 

unidos estuvimos y que yo, adorador de la Naturaleza,

llegué hasta aquí gozoso en tal servicio, 

incluso con mayor celo y amor 

santo. Y también recordarás

que tras los muchos viajes, muchos años 

de ausencia estos peñascos y estos bosques 

y esta escena bucólica me fueron 

amables por sí mismos y por ti.



«Versos escritos unas millas más allá de la abadía de Tintern»

William Wordswoth. 1978.